jueves, 6 de marzo de 2014

En clase… escribir o sucumbir.

Será que está jugando con nosotros, este profesor que nos habla acerca de la metodología mientras apuñala sistemáticamente cada frase coherente que pronuncia. "Las clases basadas en el método conductivista, llevado este al extremo, son inviables." ¿Y qué está haciendo usted, querido profesor? Obviamente debería eliminar esta parte de su temario, esta alusión a las tendencias metodológicas, antes de que alguien decida escupirle lo incoherente de su discurso y le obligue a agachar la cabeza o violentarse, abusando del poder que la cátedra le otorga.

Clases en las que el profesor dicta estrictamente los apuntes sin dejar apenas opción al comentario o debate de los alumnos, que se sientan -casi como vegetales- y copian mecánicamente cuanto escupe su boca acerca de las lindezas de cómo ser un buen profesor. Casi parece irónico. ¿Se estará riendo de nosotros? ¿Qué tipo de sarcasmo subyace a sus clases magistrales? ¿Será todo una impostura? ¿Cuál será la realidad: como describe las clases o como las da él?

Que alguien me amarre antes de que salte a su yugular y suspenda este módulo per saecula saeculorum.

martes, 25 de diciembre de 2012

Carta a L

Eres joven, que no pequeña, y el mundo quiere protegerte, dejándote seguir siendo niña aún. Pero tú ya has madurado. Siempre fuiste precoz, inteligente y observadora, aunque ahora sabes colocarte en el sitio idóneo y servir de apoyo para quienes lo necesitan, sin que ellos sepan que lo haces a conciencia.
Has heredado los rasgos de con quien mayor afinidad tenías... y te agarrarás a ellos, ahora que ella se ha ido, para no perderla en tu recuerdo, para sentirla cada día un poquito más cerca... Sonríes por dentro cuando te dicen que te pareces a ella, cuando ves cómo te mira tu padre, con la mirada perdida en el pasado, cómo sonríe tu madre, al recordarla a través de ti. Llevarás sobre tus hombros la carga de no alejarte de ella, de esforzarte por revivir los momentos que pasasteis juntas... Sé que no te pesa. Sé que lo necesitas. A partir de ahora, te construirás sobre estos cimientos de la ausencia. Estás en la edad exacta en que los recuerdos aún se convierten con demasiada facilidad en nubes de imágenes inconexas, pero también en la que ya posees capacidad para distinguir los momentos inolvidables. Tranquila, no la olvidarás nunca. Ni existe mejor manera de honrarla que ser tú misma, la niña a la que ella tanto quería, la mujer en la que sabía que un día te convertirías.

martes, 25 de septiembre de 2012

Intrusos

El intrusismo... Ese mal del que nos quejamos todos los seres humanos amantes de nuestro trabajo o vocación... Da igual que seamos de letras o de ciencias... No soportamos a los "intrusos": personas que se "meten" donde no les llaman, que confunden "churras con merinas", que no saben "hacer la O con un canuto", etc, etc, etc. Sí, soy de ésas. No soporto a los intrusos profesionales. En periodismo, en literatura, en comunicación en general... 

¿Por qué me ha dado ahora por criticar a los pobres intrusos, si no han hecho nada últimamente? Pues porque no puedo más. Ya basta. Aunque todos hayamos aprendido a escribir (es decir, a organizar las palabras en frases y enunciarlas en párrafos para dotarlas de un sentido), no todos podemos hacerlo. No. Os engañan. Os engañan los medios, las redes sociales, vuestros amigos -tan intrusos como vosotros, pues hasta para criticar deben poseerse herramientas y argumentos- cuando os hacen creer que cualquiera puede escribir. Y no me refiero a un libro (que también; hoy en día cualquier mamarracho escribe un libro patético de temática burda y manida que pretende poner en circulación), sino a los todopoderosos blogs. No. No cualquiera puede escribir un blog. Se puede intentar. Se puede incluso pretender aprender. Pero no se puede sentar uno delante de la pantalla del ordenador y ponerse a aporrear el teclado (y a nuestra magnífica lengua, ya de paso), pretendiendo escribir un blog. 

Señores, y señoras -no hagamos distinciones-, no escriban blogs como quien va a por el pan. Cualquiera puede comprar el pan. No cualquiera puede escribir un blog. 
Estoy cansada de frases incongruentes, pedantes, faltas de ortografía, de expresión, patadas a los verbos y a sus subordinadas. Ya está bien. Si quieren ustedes escribir tienen dos opciones: aprendan a hacerlo o paguen a alguien (dejando el intrusismo profesional a un lado también, por favor) para que haga de su "pseudoescrito" algo legible y que no dañe la vista de los pobres lectores.

jueves, 9 de agosto de 2012

Friendship

He leído hoy un artículo que hablaba acerca de la -casi- imposibilidad de hacer amigos "del alma" a partir de los 30 años... Quienes me conocen saben de mi facilidad para "hacer amigos" y, pese a lo contradictorio que pueda sonar, los pocos amigos que tengo. Me sobran dedos de una mano para contarlos. Cada día sobran más dedos... Y es que, desde hace meses (4, concretamente) vengo sufriendo una crisis de amistad severa: no tengo ganas de estar con mis amigos, ni de hacer nuevos, ni de profundizar en mis relaciones con los "conocidos" aspirantes a "amigos". No me apetece. Pido perdón a todos por ello. Supongo que se me pasará... o, como dice el artículo, iré perdiendo progresivamente mis amistades hasta que termine buscando compañía en agencias de amistad (que debe haberlas).
No me apetece compartir(me) con nadie: contar mis miserias, alegrías y paranoias. Me produce pereza sólo de pensarlo. Apatía es la palabra.
Y lo peor es que lo intento. Organizar cenas, quedadas, salidas... Propongo, propongo y propongo... pero llega el momento... y no me apetece. Ahora tengo ganas de quedadas pequeñas, charlas sensatas, hablar poco, escuchar lo justo.
Me falta algo. Sé perfectamente lo que es. Lo que no sé es dónde encontrarlo.

jueves, 31 de mayo de 2012

Bocados de realidad

¿Adónde vamos? Abocados al fracaso más absoluto, incluso antes de empezar, ya sea como consecuencia de los mercados, del gobierno o de nuestra mala cabeza a la hora de elegir carrera...
Da igual lo que hagas, lo seguro que creyeras que estabas, lo bien que trabajes... El mercado se ha cerrado. Ha dejado de funcionar el ciclo: la gente no tiene, no gasta, no compra, no mueve dinero, no hay comercio, ni publicidad, ni expectativas reales de mejora. Hay desánimo por doquier.
Resulta inconcebible que tenga amigos que no hayan trabajado aún. Hablo de hombres y mujeres de 25 a 35 años. Personas cualificadas, preparadas, que han superado sus estudios, sin grandes distrofias mentales ni físicas, que no tienen posibilidad real de trabajar hoy día. Porque, seamos realistas, no las tienen. Dejando de lado esta crisis asfixiante que nos amenaza con rescates (del país y de la peseta), hace años que el mercado laboral había entrado en un camino viciado: sólo podían trabajar y optar a un trabajo digno quienes tuvieran experiencia previa sobre ese puesto en cuestión. Absurdo, ¿no? Que, digo yo, nadie nace sabiendo y alguien debería ser quien diera la oportunidad de aprender a trabajar... Si no nos dejan tener experiencia, ¿cómo vamos a adquirirla?

El país está hecho una mierda... Llevábamos años preocupándonos por la "desmembración" del estado español, por los nacionalismos y los sentimientos independentistas... y aquí estamos ahora. Nadie se preocupa ya de si los niños catalanes estudian sólo en catalán y olvidan el castellano o de si los presos de Eta siguen desperdigados por ahí o los han acercado a sus familias... Nadie se acuerda de ellos... Tenemos, en su lugar, un precioso muñeco que, cuando reúne valor sale por la tele a decirnos que a nuestro país no lo van a rescatar, que no somos Grecia... Un muñeco que, como leí por Twitter, cuando miente, en vez de crecerle la nariz, crece nuestra prima de riesgo. ¿Quién sabía lo que era eso de la prima de riesgo? Yo aún no lo tengo del todo claro... Sé que es el hombre del saco que nos acecha, el nuevo mito con el que asustar a nuestros niños y, lo que es peor, a nuestros abuelos.

martes, 15 de mayo de 2012

Contradicciones de felicidad

Hoy estoy feliz... porque la felicidad y el dolor pueden ser tan contradictorios como complementarios.
He reencontrado a quien creía perdido para siempre, a quien debo muchas risas, sonrisas y sonrojos, y, lo más importante, a quien contribuyó un poquito más que cualquier otro a que sea como soy.

Hoy estoy feliz... Creí que el 2012 estaría abocado al fracaso desde sus inicios... pero mi vena cinéfila me hace afirmar que "cuando Dios cierra una puerta, en algún otro lugar abre una ventana". Mi puerta es grande, gigante, inmensa, inabarcable e inolvidable... pero hay ventanitas que permiten que entre la luz y nos recuerdan que aún hay motivos para seguir arriesgándonos, sonriendo y viviendo en cualquier caso. Entendiendo vivir como disfrutar de la vida y no sólo con conformarse con aguantar en ella el mayor tiempo posible. A veces la vida, como las buenas experiencias, no debe valorarse tanto en cantidad como en cuanto a calidad. Busquemos la calidad siempre... y permítanos dios, o el destino, disfrutarla durante el mayor tiempo posible.

lunes, 23 de abril de 2012

Deformación profesional

Cada cual se enfrenta al dolor como puede... Hay gente que se esconde, silencia el tema, huye de los recuerdos... Yo prefiero escribir, viajar y sentir... Soy así de previsible: periodista. Hay cosas que se llevan dentro, aunque jamás se haya ejercido.