jueves, 27 de agosto de 2009

Las redes sociales las carga el diablo...

Hace tiempo que vengo maldiciendo al santo individuo que tuvo la genial idea de crear las redes sociales... Enormes, inmensos, descomunales entramados de comentarios superficiales, chistes, fotos privadas, cotilleos, puñaladas traperas y demás perlas pertenecientes al fascinante mundo de las relaciones humanas...

Porque no son más que eso: relaciones humanas mediatizadas. Con todo lo que ello conlleva, por supuesto: suplantación de personalidad, creación de alter egos, aprovechar la "valentía" que nos ofrece decir lo que pensamos sin consecuencias... Bueno, sin consecuencias, a ver, me explico... No tienes que mirar a nadie a la cara mientras le estás clavando una puñalada en la espalda, te amparas en la retórica para hundir a tu más fiel "amigo"...

Aparte del fenómeno del "espionaje". Qué gran invento este de las redes sociales... Entras en la página de un amigo cualquiera, pasas a la de su novia, a la del ex de su novia, a la de la novia actual del ex de la novia de tu amigo, a la de los amigos de cualquiera de ellos -que resulta que terminan siendo conocidos de alguno de tus contactos-... y no digamos si entras en la de un ex tuyo o en la del ex de tu novia... Terminas leyendo cada mínimo comentario, escudriñando detrás de cada palabra, buscando -rebuscando- en el pasado -o en el presente, qué más da... Y terminas juzgando... la vida de tu amigo, su relación, o la tuya propia.

Lo mejor de todo es cuando decides borrar a los amigos a los que no quieres seguir la pista (a veces hay que hacerlo a fin de mantener la salud mental, os lo aseguro)... y los borras (porque poderse, se puede)... y te parece que te has quitado un peso de encima.. los olvidas y pasas página..
Pero llega -¡oh, sí!- el día en que te encuentras por la red a un antiguo amigo.. y lo agregas, o te agrega, qué más da... Y empiezas a leer los comentarios que salen en su página -que, no olvidemos, son los de TODOS sus amigos- y vuelve a aparecer... (Oh, no, pero si yo le había borrado... Y una mierda...) Ahí está de nuevo, te mira desde la pantalla, un mes después de que le borraras, hasta los mismísimos ya de leer sus gilipolleces... Te mira, te ha encontrado, te tiene. La red social ha vuelto a atraparte y llevarte al punto de inicio. Game over, try again? Porque ésa es la respuesta: borrarte tú de la red social... o dejarte arrastrar por ella.