martes, 25 de septiembre de 2012

Intrusos

El intrusismo... Ese mal del que nos quejamos todos los seres humanos amantes de nuestro trabajo o vocación... Da igual que seamos de letras o de ciencias... No soportamos a los "intrusos": personas que se "meten" donde no les llaman, que confunden "churras con merinas", que no saben "hacer la O con un canuto", etc, etc, etc. Sí, soy de ésas. No soporto a los intrusos profesionales. En periodismo, en literatura, en comunicación en general... 

¿Por qué me ha dado ahora por criticar a los pobres intrusos, si no han hecho nada últimamente? Pues porque no puedo más. Ya basta. Aunque todos hayamos aprendido a escribir (es decir, a organizar las palabras en frases y enunciarlas en párrafos para dotarlas de un sentido), no todos podemos hacerlo. No. Os engañan. Os engañan los medios, las redes sociales, vuestros amigos -tan intrusos como vosotros, pues hasta para criticar deben poseerse herramientas y argumentos- cuando os hacen creer que cualquiera puede escribir. Y no me refiero a un libro (que también; hoy en día cualquier mamarracho escribe un libro patético de temática burda y manida que pretende poner en circulación), sino a los todopoderosos blogs. No. No cualquiera puede escribir un blog. Se puede intentar. Se puede incluso pretender aprender. Pero no se puede sentar uno delante de la pantalla del ordenador y ponerse a aporrear el teclado (y a nuestra magnífica lengua, ya de paso), pretendiendo escribir un blog. 

Señores, y señoras -no hagamos distinciones-, no escriban blogs como quien va a por el pan. Cualquiera puede comprar el pan. No cualquiera puede escribir un blog. 
Estoy cansada de frases incongruentes, pedantes, faltas de ortografía, de expresión, patadas a los verbos y a sus subordinadas. Ya está bien. Si quieren ustedes escribir tienen dos opciones: aprendan a hacerlo o paguen a alguien (dejando el intrusismo profesional a un lado también, por favor) para que haga de su "pseudoescrito" algo legible y que no dañe la vista de los pobres lectores.