martes, 8 de enero de 2008

Noche eterna

Cierra la puerta tras de sí, se desprende del chaquetón, los tacones y la falda, mientras camina por el pasillo hasta alcanzar el dormitorio.. la ropa ha quedado atrás... Del tercer cajón de la cómoda escoge un pijama, que se pone de camino al salón. Descalza siempre; le gusta sentir el contacto frío del suelo.
La chimenea aún no ha prendido, así que busca algunas mantas y las dispone sobre el sofá: listas para arremolinarse bajo ellas. Pero antes enciende el equipo, ojea los títulos hasta que encuentra la película idónea.
Comienza a sentirse el débil calor del fuego...
Una vez dispuesto todo para una tranquila noche de cine, se dirige al abrigo de las mantas... Él acaba de sentarse, ella se acomoda a su forma: la cabeza en su hombro, él la acoge.
La habitación se vuelve oscura... La película podrá durar para siempre... Aunque sea siempre demasiado tiempo...

miércoles, 2 de enero de 2008

Vamos a contar mentiras, tralará...

La historia de cada hombre es un camino hacia o desde la mentira... Nos ocultamos detrás de ella, para que nadie más vea cómo somos, para no vernos tal cual somos.
Recorremos a diario el tortuoso y proceloso valle del recuerdo: rememorar cada una de las mentiras que llevamos atadas a nuestras espaldas, para que nadie las descubra, para que se complementen con las que vamos enunciando a medida que caminamos.
Los más valientes aceptan que mienten, viven con ello, se enorgullecen o no, pero caminan con la cabeza bien alta, mirando al frente. Son los menos, para qué negarlo. Hay que estar muy seguro de quién eres y de cuáles son tus valores en la vida para llevar con honra una mentira, defenderla y seguir adelante.
Los pobres diablos se contentan con engañarse y creer sus propias mentiras.. Las crearon en momentos de debilidad y ya no saben proseguir sin ellas... Sus vidas, por lo que ellos mismos se estiman, dependen de cuán naturalmente pueden mentir (mentirse y mentirnos).. Saberse mentirosos y cobardes terminaría con la poca autoestima que aún poseyeran.
Los cobardes, tiranos del reino de la falacia, que apuestan la inocencia de sus víctimas tan sólo por no enfrentarse a la verdad, mienten conscientemente, ocultan información; engañan a cualquier ser vivo que se les acerque: para que no conozca sus defectos, para no volverse vulnerables, aprovecharse de quienes intenten actuar con ellos inocentemente. Esperar agazapados hasta que llegue el momento de saltar y devorar a la presa...

Nos mentimos constantemente... Cerramos los ojos, nos obstinamos en no ver las cosas más obvias... Pensamos "es por ella", cuando sólo era "por mí".

Se miente quien lea esto y diga "yo no miento".. quizás sólo no tengas el valor suficiente para practicar la mentira.. y te conformes con evitarla... Silencio.