martes, 28 de julio de 2009

Grito tecnológico

El mundo es cruel...

Preciso: El mundo de la informática es cruel. Un disco duro sin sentimientos ha acabado con gran parte de mis registros gráficos... Dos años de fotos...

Necesito desahogarme o prender fuego a esta infernal máquina... Me vengaré... En cuanto agote el último cartucho que me queda para intentar recuperar algo de información tiraré al maldito por la ventana de algún sitio... o lo estamparé contra el suelo... O lo desmontaré y fundiré cada una de sus piezas...

Tengo tiempo para pensarlo.

lunes, 20 de julio de 2009

(Re) Leyendo

Paseando por el blog de Yahuán, he encontrado una simpática lista... Como buena enferma de literatura que soy, me dispongo a completarla.. Así aprovecho y conozco un poco mejor mis gustos (siempre cambiantes)...

Un libro que nunca terminaré: Últimamente parece que ninguno... salto de título a título, cada cual me parece más interesante que el anterior.. Ése es el inconveniente de pasar el día rodeada de libros...

Un libro que tengo pendiente de terminar: El último de Nick Hornby... un autor que me ha sorprendido gratamente. Tan sólo debo encontrar tiempo :)


Un libro que me decepcionó: Chesil Beach, de McEwan... o En las nubes, del mismo... Hace años que no escribe nada bueno... y es una lástima, Amsterdam y El placer del viajero son geniales.


Un best-seller que no tengo el más mínimo interés en leer: Pfff... Cualquiera de novela histórica...

Un libro que me gustaría volver a leer: El baile de Natascha, en cuanto a ensayo... El Señor de los Anillos de fantasía... Guerra y paz, sin duda alguna... y más de una vez.

Un libro que me emocionó: ¿Llorar? ¿Mucho? San Manuel bueno, mártir, de Unamuno. Inconmensurable Don Miguel... Ahí le descubrí.

Un libro pendiente que seguro que leeré algún día: Va por épocas... a veces pienso que el Ulises de Joyce... Supongo que el que leeré seguro será Madame Bovary, pese al final :)

Un libro que me gustaría que me regalaran: Compro todos los libros que se me antojan, no creo que nadie insista ya en regalarme libros que sepan que quiero... El que más ilusión me hace es el que me regalan "creyendo" que me gustará, sin yo conocerlo siquiera. Algo así como una recomendación literaria.

Un libro que recomendaría: Según la edad... Todo adulto debe haberse leído Guerra y paz y El Señor de los Anillos, quien desprecie a este último por ser "de fantasía" debería ser un poco más humilde y aceptar que no todos los libros buenos deben ser "serios"; todos tenemos mucho que aprender de Tolkien. Otro libro imprescindible es Demian, aunque leído a tiempo.

Un libro que me sorprendió: El guardián entre el centeno: simplemente aún no entiendo qué fama tiene ese libro... por qué tantos profesores obligan a chavales a leerse algo así, sin calidad literaria ni una historia especialmente atractiva. Hay cosas que nunca entenderé...

miércoles, 15 de julio de 2009

El día a día entre libros

Trabajar de cara al público no es nada sencillo... Cada persona es un mundo, como reza el dicho popular, y debes enfrentarte a la dura tarea de aceptar al otro (algo complejo en mi caso): sus gustos, creencias, personalidad, modales... Toda una serie de características a la que aplicar un amplio abanico de calificaciones, la mayor parte de las veces negativas.

Pero sí es entretenido y se aprenden muchas cosas, en primer lugar a no catalogar a la gente de un vistazo: algunas personas esconden demasiado bien sus inquietudes como para dejarlas al alcance de la primera vista.

El motivo que me empujó a darle vueltas a esta entrada fue el caso de un señora que vino a pedirme un libro hará un par de meses. Una mujer mayor, tímida, que con una mezcla de humildad y miedo se dirigió a mí para solicitar que le indicara donde estaban los libros de determinado autor. Ella ni siquiera pronunció el nombre, me lo hizo saber casi con vergüenza a través de un pedacito de papel en donde venía escrito. Pensé que, como suele ser habitual, esa señora era la abuela de algún descarado nieto que la usaba para conseguir los libros que le interesaban. Le indiqué el estante del módulo de filosofía en que estaba ese autor y me alejé. Al cabo del rato, preocupada porque la mujer no fuera capaz de decidirse por el libro correcto, me acerqué a ella para volver a ofrecerle mi ayuda. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que la mujer era la lectora fiel de tan eminente filósofo y tan sólo estaba hojeando los distintos títulos para saber cuál de ellos no había leído aún.

Este ejemplo de humildad se contrapone con el tan -TAN- frecuente caso del cliente sabelotodo (ytúniñanotienesniputaideaynosabesquiénesesteautor) que suelta el nombre de un autor alemán a bocajarro y te pide que le indiques dónde están sus libros. En esos momentos se pueden dar dos circunstancias: o bien el dependiente sabe escribir el nombre (cosa que asombra al cliente, si no se pone a porfiar contigo porque cree que lo has escrito mal) o le pides que te lo deletree... y, ¡ajá!, el cliente no tiene ni puñetera idea de cómo se escribe. Esta señora lo traía en su papelito y me lo dio a leer, no por desconocimiento del mismo, sino para facilitarme la tarea y no hacerme pasar por estúpida en el caso de que no lo conociera.

Lo cierto es que la sección de filosofía acoge a muchos "frikis"... muchos más que la sección de manga... Hay una señora que aparece por la tienda cada dos meses aproximadamente para preguntarme si tenemos un libro de Zubiri. Le digo que sí, se lo doy, le echa un vistazo y se va, alegando que aún tiene que acabarse el anterior, que ella lee mucho a Zubiri. Pero siempre me pide el mismo. Aprovecho la red para advertirle: Señora, hemos devuelto finalmente el libro porque no se vendía.

¿Y nuestro amigo el crítico insatisfecho? Qué personaje... No le gusta nada de lo que le recomiendas... Te habla desde que entra en la tienda, estés o no con clientes (incluso se mete en tus conversaciones con ellos), y tienes que dedicarle atención absoluta. Al final no admite ninguna de tus recomendaciones (o, lo que es peor, se lleva alguno de los que le has recomendado para decirte la próxima vez que te vea que era una mierda de libro -literalmente-), es el último que paga en caja y tras el que se cierra la puerta.

Finalizo esta entrada... es hora de desconectar del trabajo.