domingo, 28 de diciembre de 2008

Jingle bells

Navidad...
Gente por las calles... muchedumbre que arrasa todo a su paso...
Desorden y caos... La locura del consumismo...
El dinero de unos que roba la vida a otros, que no la oyen, que no la sienten, que la ven pasar de largo a través del escaparate de una tienda en rebajas.

Navidad cargada de sueños...
Felicidad sostenida por los débiles hilos de unas papeletas, apuestas sin fondos en el caballo perdedor de la probabilidad...
El vano anhelo de las esperanzas materiales.

Navidad ahogada por el llanto...
Familias rotas... Miserias ocultas que salen a flote...
Gritos y despedidas... Besos falsos, como falsas promesas de reencuentro.

Navidad estúpida...
Visitas inoportunas que arrastran el pasado cosido a su tenue sombra...
Corazón en un puño... La incomodidad de las situaciones absurdas.
Intranquilidad... Ruptura... Incomprensión...
El fantasma de un daño que ya no quema...
Olvido de nuevo.

Navidad hermosa...
Noches cargadas de sueños, canciones y risas...
Paseos bajo el frío muro de la niebla nocturna...
Manos que se encuentran bajo una colcha...
Guantes entrelazados donde sólo se intuye al otro...
La ilusión de los regalos, la necesidad de sorprenderle, de hacerle llegar algo que despierte una sonrisa franca y eterna.

Navidad de ausencias...
Imágenes en el recuerdo... (Tu sonrisa me acaricia al escucharte...)
Despierto buscándote...
Duermo pensándote...
Siempre en los labios tu nombre, que te acerca a mí, que te arranca de la distancia.

Navidad del mañana...
Lágrimas de emoción...
Abrazo de bienvenida...
Besos cargados de ternura, bajo el sol de este invierno cálido.

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