martes, 8 de enero de 2008

Noche eterna

Cierra la puerta tras de sí, se desprende del chaquetón, los tacones y la falda, mientras camina por el pasillo hasta alcanzar el dormitorio.. la ropa ha quedado atrás... Del tercer cajón de la cómoda escoge un pijama, que se pone de camino al salón. Descalza siempre; le gusta sentir el contacto frío del suelo.
La chimenea aún no ha prendido, así que busca algunas mantas y las dispone sobre el sofá: listas para arremolinarse bajo ellas. Pero antes enciende el equipo, ojea los títulos hasta que encuentra la película idónea.
Comienza a sentirse el débil calor del fuego...
Una vez dispuesto todo para una tranquila noche de cine, se dirige al abrigo de las mantas... Él acaba de sentarse, ella se acomoda a su forma: la cabeza en su hombro, él la acoge.
La habitación se vuelve oscura... La película podrá durar para siempre... Aunque sea siempre demasiado tiempo...

2 comentarios:

Rafael G. Organvídez dijo...

Querido/a anónimo/a:

Tus lectores vivimos en una noche eterna de silencio desde el ocho de enero. ¿Hasta cuándo este silencio negro durará? Deseamos seguir leyendo tus textos.

Un lector.

Yakarta dijo...

Quién podría haber pensado que tras una apariencia tan seria se escondería un alma tan atenta y cariñosa... Es lo hermoso de la vida: lo que descubrimos en su camino, a quienes encontramos...
Mil gracias. Un beso enorme.