domingo, 20 de mayo de 2007

No hago otra cosa más que verte

Me encierro en mí misma y no me encuentro.
No te encuentro.

Me siento aislada en mitad de esta sala que yo misma he construido, que tanto me gusta, y a la que tanto temo. Pero tú no te acercas a conocerla siquiera.
No la conoces, no me conoces.

Tú, que eres el único que tendría acceso ilimitado; tú, para el que llevo a papel cada letra de mis sueños; tú, mi más preciado tesoro, por quien renuncio cada día a mi inexpugnable libertad; tú, mi sangre ajena; tú, para quien soy invisible.

No hay comentarios: